viernes, 2 de marzo de 2012

Bibliografias.


Libro: Ecología
Autores: Gonzales Fernández Adriana.
               Medina López Norah j.
Editorial: McGraw- Hill
Mexico 1999.


Libro: Ecología y medio ambiente.
Autores: valvende Zenón Teresa.
               Carabias Julia.
              Meave Jorge.
Editorial:  Pearson prentice hall
Mexico 2007.


Libro: Ecología y medio ambiente.
Autores: Calixto flores Raúl
              Herrera reyes Lucila.
              Hernández guzmán Verónica D.
Editorial: CENGAGE Learning.
México 2010.

Libro: Enciclopedia Estudiantil
Autores: ballus Puri.
              Tola José
Editorial: Ediciones EUROMEXICO, S.A DE C.V
Mexico 1999.

Libro: Ecología y medio ambiente.
Autores: Gutiérrez Barba, Blanca Estela
               Rodríguez Salinas, Perla
              Fernández Flores, Fernando
Editorial: Santillana.


www.google.com.mx/imagenes.

Cadenas tróficas.


Cadenas troficas:
Cadena trófica, también llamada red trófica, serie de cadenas alimentarias íntimamente relacionadas por las que circulan energía y materiales en un ecosistema. Se entiende por cadena alimentaria cada una de las relaciones alimenticias que se establecen de forma lineal entre organismos que pertenecen a distintos niveles tróficos. La cadena trófica está dividida en dos grandes categorías: la cadena o red de pastoreo, que se inicia con las plantas verdes, algas o plancton que realiza la fotosíntesis, y la cadena o red de detritos que comienza con los detritos orgánicos. Estas redes están formadas por cadenas alimentarias independientes. En la red de pastoreo, los materiales pasan desde las plantas a los consumidores de plantas (herbívoros) y de éstos a los consumidores de carne (carnívoros). En la red de detritos, los materiales pasan desde las plantas y sustancias animales a las bacterias y a los hongos (descomponedores), y de éstos a los que se alimentan de detritos (detritívoros) y de ellos a sus depredadores (carnívoros).
Por lo general, entre las cadenas tróficas existen muchas interconexiones. Por ejemplo, los hongos que descomponen la materia en una red de detritos pueden dar origen a setas que son consumidas por ardillas, ratones y ciervos en una red de pastoreo. Los petirrojos son omnívoros, es decir, consumen plantas y animales, y por esta razón están presentes en las redes de pastoreo y de detritos. Los petirrojos se suelen alimentar de lombrices de tierra que son detritívoras, que se alimentan de hojas en estado de putrefacción.
 
Niveles tróficos
La cadena trófica se puede contemplar no sólo como un entramado de cadenas sino también como un conjunto de niveles tróficos (nutricionales). Las plantas verdes, que son las primeras productoras de alimentos, pertenecen al primer nivel trófico. Los herbívoros, que son los consumidores de plantas verdes, corresponden al segundo nivel trófico. Los carnívoros, que son depredadores que se alimentan de los herbívoros, pertenecen al tercero. Los omnívoros, que son consumidores tanto de plantas como de animales, se integran en el segundo y tercero. Los carnívoros secundarios, que son depredadores que se alimentan de depredadores, pertenecen al cuarto nivel trófico. Según los niveles tróficos se elevan, el número de depredadores es menor y son más grandes, feroces y ágiles. En el segundo y tercer nivel, los que descomponen los materiales disponibles actúan como herbívoros o carnívoros dependiendo de sí su alimento es vegetal o animal.

Ecosistemas.

Ecosistemas:


El término ecosistema fue acuñado en 1930 por Roy clapham para designar el conjunto de componentes físicos y biológicos de un entorno. El ecólogo británico Arthur Tansley refinó más tarde el término, y lo describió como «El sistema completo, ... incluyendo no sólo el complejo de organismos, sino también todo el complejo de factores físicos que forman lo que llamamos medio ambiente. Tansley consideraba los ecosistemas no simplemente como unidades naturales sino como «aislamientos mentales» («mental isolates»). Tansley más adelante definió la extensión espacial de los ecosistemas mediante el término «ecotopo» («ecotope»).
Fundamental para el concepto de ecosistema es la idea de que los organismos vivos interactúan con cualquier otro elemento en su entorno local. Eugene Odum uno de los fundadores de la ecología, declaró: «Toda unidad que incluye todos los organismos (es decir: la "comunidad") en una zona determinada interactuando con el entorno físico de tal forma que un flujo de energía conduce a una estructura trófica claramente definida, diversidad biótica y ciclos de materiales (es decir, un intercambio de materiales entre las partes vivientes y no vivientes) dentro del sistema es un ecosistema».6 El concepto de ecosistema humano se basa en desmontar la dicotomía humano/naturaleza y en la premisa de que todas las especies están ecológicamente integradas unas con otras, así como con los componentes abióticos de su biotopo.
Clasificacion:
ECOSISTEMAS TERRESTRES

Bosque templado

Tipo de bosque que representa más o menos la mitad de la superficie forestal del planeta y cubre unos 1.400 millones de hectáreas. La mayor parte de los bosques templados, junto con los bosques boreales situados más al norte, se encuentran en Rusia, América del Norte y Europa, y hay áreas significativas en Australia, Nueva Zelanda, Chile, Argentina, el norte de Asia, el norte de África y las costas de Suráfrica. Hay muchos tipos diferentes de bosques templados, incluyendo los de coníferas y bosques de hoja ancha, tanto perenne como caduca. Su biodiversidad suele ser inferior a la de los bosques tropicales, pero varía mucho. Ciertos bosques boreales contienen tan sólo cuatro o cinco especies de árboles, incluyendo varios tipos de picea (Picea) y abedul (Betula), mientras que la diversidad de los bosques templados húmedos se aproxima a la de los bosques tropicales. Otros grupos comunes de especies presentes en los bosques templados incluyen el roble (Quercus) y el haya (Fagus). Desde la más remota antigüedad, los seres humanos han utilizado los bosques templados para obtener leña, materiales de construcción, alimento, plantas medicinales y refugio; además constituyen un elemento común a muchas religiones, mitos y folclores.
Tras una larga historia de deforestación, que se remonta a tiempos prehistóricos, la superficie que ocupan los bosques de la zona templada del planeta está hoy estabilizada y, a través de los procesos de conservación y gestión forestal, incluso puede estar aumentando, al contrario de lo que ocurre con los bosques tropicales. No obstante, cantidad no significa calidad. Se siguen talando bosques templados naturales y seminaturales (llamados también bosques vírgenes) en todo el mundo, que son reemplazados por medios naturales (a través del proceso llamado sucesión) o, cada vez más, por plantaciones de árboles diseñadas con la producción maderera en mente. Si bien las plantaciones producen madera, aportan pocos de los beneficios ambientales y los bienes sociales derivados de los bosques naturales. Por ejemplo, sólo una pequeña proporción de las plantas y animales silvestres pueden vivir en las plantaciones, a menudo monocultivos de especies foráneas. La pérdida del bosque autóctono está poniendo en peligro la supervivencia de ciertas especies, como el búho moteado (Strix occidentalis) en Norteamérica y el pico dorsiblanco (Dendrocopos leucotos) en Escandinavia.
En términos de bosques naturales, las pérdidas en las regiones templadas han sido aún más dramáticas que en los bosques tropicales. En Europa occidental y Estados Unidos sólo queda un 1% del bosque original, y el resto es repoblado o bosque regenerado por medios naturales. Cuando se tala totalmente un bosque (es decir, cuando se cortan de una sola vez todos sus árboles), los árboles que vuelven a crecer en él son muy distintos de los originales. Hoy se debate el futuro de los bosques vírgenes en muchos lugares, incluyendo el noroeste de Estados Unidos; Columbia Británica, Alberta y Ontario en Canadá; y el norte de Laponia.

Tundra
Terreno abierto y llano que ocupa la mayor parte de la tierra que se extiende entre el límite septentrional del bosque y las regiones polares de hielo y nieves perpetuas. La superficie presenta un aspecto pedregoso o pantanoso, y la vegetación dominante se compone de ciperáceas, ericáceas, musgos y líquenes, así como, en algunas zonas más restringidas, sauces del Ártico. En las montañas de la zona templada aparece un tipo de planicie parecida, por encima del límite altitudinal de los árboles, a la que se denomina tundra alpina. En la región antártica también existen algunas zonas de tundra.
CLIMA Y FORMACIÓN DEL PAISAJE
El clima de la tundra se caracteriza por sus duros inviernos, bajas temperaturas, escasas precipitaciones de lluvia o nieve y veranos cortos. Por ejemplo, la media mensual de las temperaturas en la Tierra de Baffin oscila entre los 7 °C y los -31 °C y la media anual es de -12 °C. En el interior de los continentes las temperaturas tienden a extremarse, por lo que no hay variación en las medias anuales. El permafrost —suelo permanentemente helado— cobra especial importancia en la tundra ártica. La superficie de estos suelos se descongela en verano hasta profundidades variables. La combinación de suelo helado y superficies llanas de la tundra impide el drenaje del agua, que se estanca en la superficie o satura la capa superior del terreno. Se forman lagunas y ciénagas que proporcionan humedad a las plantas, lo que compensa las escasas precipitaciones.
Las periódicas congelaciones y deshielos del terreno en los lugares mejor drenados producen grietas regulares en el suelo que forman polígonos. Donde el drenaje es peor aparecen formas rugosas, irregulares, con montículos, nódulos congelados y cordones de tierra. En verano, el deshielo de las laderas puede provocar que los suelos se deslicen y se produzcan aterrazamientos originados por solifluxión o corrimientos de tierra. Todos estos modelos descritos para la tundra ártica aparecen en menor escala en la tundra alpina. También es común el paisaje de roca pelada cubierta de líquenes al que se llama páramo. Estas formas de relieve propician una serie de pequeños hábitats que dan variedad al paisaje de la tundra.
VIDA VEGETAL
El número de especies vegetales de la tundra es pequeño y su crecimiento escaso. El periodo vegetativo de las plantas es corto y se suelen reproducir asexualmente, por división o por yemas, en vez de hacerlo por polinización.
La vegetación típica del Ártico la componen hierbas ciperáceas y arbustos enanos de la familia de las ericáceas, junto con asociaciones de musgos y líquenes. Estas comunidades vegetales están adaptadas a los fuertes vientos y a las alteraciones producidas por el hielo en los suelos. Todas pueden realizar la fotosíntesis a bajas temperaturas y con poca intensidad de luz durante los largos periodos de luz diurna de la tundra.
Las comunidades vegetales de montaña están integradas por plantas enmarañadas que no se dan en el Ártico. Estas plantas se adaptan a los vientos racheados, las fuertes nevadas y las grandes fluctuaciones térmicas. Realizan la fotosíntesis bajo una luz muy intensa durante los cortos periodos de luz solar.
VIDA ANIMAL
Las especies salvajes que viven próximas al polo norte son las mismas o muy parecidas en todo el mundo. Al mismo tiempo, la dureza de este difícil ambiente limita la variedad de vida animal que aparece. Los grandes rumiantes más habituales agrupan al buey almizclero, al caribú y al reno, que se alimentan de hierbas como las juncias, líquenes y sauces. La liebre ártica o conejo de las nieves y el lemming se alimentan también de especies herbáceas. Como depredadores aparecen el lobo, el zorro ártico y el búho de las nieves. También se ven osos polares y, en ocasiones, osos pardos. Durante el verano, muchas aves anidan entre los matorrales de la tundra y se desplazan hacia climas más cálidos antes de que llegue el invierno. Los invertebrados no son habituales, a excepción de ciertos insectos como la mosca y el mosquito. Entre los animales de montaña destacan el rebeco blanco, el muflón de las Rocosas, la liebre silvadora, la marmota y la perdiz nival. Aunque en este hábitat no abundan las moscas, sí las mariposas, escarabajos y saltamontes.
Carnero de Dall El carnero de Dall, emparentado con el buey almizclero y con el rebeco blanco, habita en las regiones rocosas de la tundra alpina y ártica de Alaska y del Territorio del Yukón. El pelaje del carnero de Dall varía del blanco al negro o gris dependiendo de las subespecies.Oxford Scientific Films/Alan C. Lane
El ecosistema de la tundra es muy sensible a cualquier alteración y su capacidad de recuperarse muy limitada. La destrucción de su cubierta vegetal provoca que el permafrost del suelo se descongele y sature de agua el terreno con la consiguiente pérdida de suelos. La vida animal es particularmente sensible a la destrucción de su entorno, viéndose afectada directamente por la caza excesiva, que puede conducir a la extinción de cualquier especie animal o vegetal de esta frágil e interdependiente comunidad biológica.

Las sabanas
Saba a, pradera tropical poblada de arbustos y árboles dispersos de varios tamaños. La aparición de la sabana podría deberse a las características del suelo, a fuegos periódicos provocados por rayos o por la acción humana, y a la influencia del clima.
Que aparecen por razones climáticas, como las del oeste y suroeste de África, se desarrollan en regiones con estaciones húmeda y seca bien marcadas y una precipitación media anual entre 100 y 400 mm. Estas sabanas van desde el bosque abierto con piso bajo herbáceo hasta las auténticas sabanas, dominadas por las gramíneas. Cuando las precipitaciones oscilan entre los 100 y los 200 mm anuales sólo las gramíneas pueden resistir la estación seca. Cuando la precipitación alcanza los 300 mm el suelo retiene humedad suficiente para mantener arbustos. Si la lluvia caída supera los 300 mm anuales es posible el desarrollo de árboles aislados. Cuando se superan los 400 mm hay suficiente humedad durante la estación seca como para que los árboles crezcan con mayor profusión, hasta formar un dosel que da sombra a la pradera.
En regiones de pluviosidad más elevada, como el este de África, la vegetación de sabana se mantiene debido a los incendios periódicos. La combustión de la hierba seca al final de la estación de las lluvias quema la vegetación boscosa. Esto detiene la expansión de árboles y arbustos y estimula el crecimiento de las gramíneas. El intenso apacentamiento de mamíferos como el ñu o la cebra influye también en estas sabanas. Si los animales son muy abundantes pueden reducir la vegetación hasta el punto de eliminar la cubierta herbácea; entonces, la vegetación leñosa se incrementa, dando como resultado un terreno arbolado. Este crecimiento de las plantas leñosas puede verse reducido, a su vez, por la existencia de animales de gran porte como los elefantes.
Entre las sabanas que vienen determinadas por sus suelos se encuentran Los Llanos de Venezuela y el cerrado de Brasil. Estos últimos se caracterizan por unos suelos cubiertos por una dura costra, formada por óxidos de hierro. Las gramíneas crecen en el suelo que se forma sobre esta costra, y las raíces de los árboles aprovechan las fracturas de la misma para alcanzar el agua del subsuelo.

Estepa
Paraje llano y muy extenso que carece casi por completo de vegetación arbórea. El término estepa, en sentido estricto, tiene su origen en la palabra rusa stepj (traducido como desierto, en el sentido de no cultivado ni arbolado) con la que se nombran las praderas de gramíneas de la zona templada de Rusia y de la Europa del Este. Ahora bien, resulta realmente difícil recoger todas las acepciones de este término, ya que se ha aplicado de forma generalizada a numerosos tipos de formaciones vegetales desde el punto de vista geobotánico, a diferentes fisiografías desde el punto de vista geográfico y a otros tantos lugares desde un punto de vista zoológico. Lo cierto es que, en sentido amplio, las estepas se distribuyen por todo el globo bajo diferentes macroclimas y sus ejemplos más representativos son las zonas esteparias de la antigua Unión Soviética, las praderas y llanuras de EEUU, las pampas sudamericanas y el veld de Suráfrica. Estos lugares se caracterizan por poseer una gran diversidad florística, donde dominan las gramíneas, y unos suelos profundos, negros (chernozem), que carecen del horizonte arcilloso de acumulación, de extraordinaria fertilidad, por lo que desde hace mucho tiempo sustentan grandes cabañas ganaderas.
Desde el punto de vista geobotánico, la estepa pertenece al bioclima semiárido, frontera entre el desierto y las zonas con vegetación arbolada. En este clima continental aumenta la amplitud térmica: los veranos son más calurosos y los inviernos mucho más fríos, y la temperatura media anual desciende. Al mismo tiempo las precipitaciones anuales disminuyen y los veranos se vuelven cada vez más áridos. Entre la zona arbolada y la estepa genuina se suele encontrar una zona ecotónica llamada estepa arbolada, donde el factor dominante es la topografía. No sucede lo mismo en la sabana tropical, donde el factor dominante es el clima.
El desarrollo de una estepa genuina es el siguiente: tras la fusión de la nieve el suelo está húmedo y aumentan las temperaturas, desarrollándose una rica flora primaveral, con Pulsatilla patens, Carex humilis, Adonis vernalis e Hyacinthus leucophaeus. A mediados de mayo la estepa se viste de verde, floreciendo multitud de gramíneas, entre las cuales nacen otras plantas, como Lathyrus pannonicus e Iris aphylla, por ejemplo. A primeros de junio ya empiezan a dominar las gramíneas Stipa joannis, otras especies de este género y Bromus riparius. A finales de junio la estepa se vuelve blanca por las inflorescencias de Trifolium montanum, Chrysanthemum leucanthemum, Filipendula hexapetala y otras. Desde mediados de julio se empiezan a secar las plantas, aparecen las panículas azuladas de Delphinium litwinowi y más tarde los amentos pardo-rojizos de Veratrum nigrum. A partir de agosto la estepa aparece seca y permanece así hasta que llega la nieve.

Pradera
Ecosistema en el que las gramíneas, juncias y otras plantas de pastizal constituyen la vegetación dominante. Aunque en las praderas de las regiones templadas puedan existir más de 50 especies de plantas vasculares y en las praderas tropicales más de 200, en general, dos o tres especies de gramíneas son las que dominan más del 60% de la biomasa del terreno.
Las praderas pueden clasificarse como naturales, seminaturales y cultivadas. Las praderas naturales ocupan, o lo hicieron en otros tiempos, grandes áreas de masas continentales. Entre ellas se encuentran las praderas y llanuras de Norteamérica, las pampas y los páramos de Sudamérica, el veld de Suráfrica y las estepas euroasiáticas. Las praderas de la zona templada prosperan en lugares con una precipitación anual entre los 250 y los 750 mm, un alto grado de evaporación y sequías anuales y estacionales. La pradera tropical es típica de regiones con estaciones seca y húmeda bien diferenciadas. En la periferia de estas regiones climáticas, el fuego es un factor importante para la conservación de las praderas, al impedir el asentamiento de bosques en regiones húmedas y de matorral desértico en regiones semiáridas.
Las praderas seminaturales aparecen en lugares con suficiente humedad como para permitir la subsistencia del bosque. También llamadas praderas de transición, son el resultado de la deforestación y volverían a albergar árboles si no fueran objeto de quemas, siega o pasto. Las praderas cultivadas, como los campos de heno y los pastos, se introducen y conservan de forma artificial. En general, contienen una o dos especies de gramíneas, junto con alguna leguminosa, como el trébol o la alfalfa.
En su estado natural, las praderas albergaron y alimentaron una fauna muy variada. En Norteamérica, predominaban los herbívoros de gran tamaño como el bisonte, así como sus depredadores. Asociados con estos mamíferos, existían roedores herbívoros como los perritos de las praderas y los ratones, aves herbívoras, halcones, serpientes e insectos, sobre todo saltamontes.
Los suelos de las praderas son muy fértiles. La escasez de lluvias evita la disolución de los nutrientes de los suelos y la ausencia de la masa arbórea permite que la hierba produzca un mantillo de especial riqueza orgánica. En consecuencia, las praderas silvestres de las regiones templadas del hemisferio norte se dedicaron a cultivos como el maíz y el trigo. Los herbívoros autóctonos fueron sustituidos por ganado bovino y ovino y los grandes depredadores están extinguidos en la actualidad.

Desierto
Desierto, término aplicado a regiones áridas de la Tierra con escasez o carencia de precipitaciones, poca o nula vegetación y limitada ocupación humana. Tradicionalmente el término desierto alude a un área cuya precipitación media anual es inferior a 250 mm y donde, en la mayoría de los casos, la evaporación excede a la precipitación como resultado de una temperatura media alta. Debido a la falta de humedad en el suelo y en la atmósfera, los rayos del Sol inciden con fuerza. Las temperaturas durante el día pueden alcanzar los 55 °C a la sombra; durante la noche, el suelo del desierto irradia el calor a la atmósfera y las temperaturas pueden descender hasta el punto de congelación (como sucede en el Sahara).
En la actualidad, la palabra desierto también se aplica a las regiones de hielos y nieves perpetuas de las latitudes polares (Groenlandia); así como a las regiones de las latitudes medias del interior de los continentes con escasas precipitaciones (Gobi), así como a las regiones costeras comprendidas entre los 15º y 30º de latitud sometidas a la influencia de las corrientes marítimas frías y con unas temperaturas estivales frescas para su latitud (Atacama).
Los desiertos aparecen por una combinación de climas, rasgos geológicos y acción antrópica.
FORMACIÓN DEL PAISAJE
Las alineaciones montañosas influyen en el desarrollo de los desiertos por la creación de sombras pluviométricas. Cuando los vientos cargados de humedad pasan por encima de las laderas de barlovento se enfrían y pierden su humedad en forma de lluvia y nieve; por otro lado, el aire más cálido desciende por las laderas de sotavento evaporando la humedad del suelo. La Gran Cuenca, un desierto de Norteamérica, es resultado de la sombra pluviométrica que produce sierra Nevada.
El paisaje desértico es adusto, modelado por el viento y, paradójicamente, por el agua. Cuando ésta llega al desierto, el suelo, desprotegido de vegetación, se erosiona fácilmente. Los cañones se forman por donde el agua desciende de las colinas. Desde los angulosos y erosionados picos que forman las rocas más resistentes, los conos de deyección aluviales depositan grandes cantidades de materiales no consolidados como arenas, gravas y cantos angulosos en su base (denominados bajadas). Estas laderas se nivelan para formar cuencas bajas llamadas playas. Durante las escasas precipitaciones, las cuencas se llenan de agua. El agua de lluvia, al evaporarse, deja tras de sí una capa brillante de la sal disuelta en el suelo. Estos lagos salados son un rasgo común de algunos desiertos. En el Gran Lago Salado de Utah, vestigio de un antiguo mar interior alimentado por alguna entrada de agua dulce, la evaporación no es nunca completa, pero sí suficiente como para concentrar sal en el agua del lago.
Los vientos actúan como un chorro de arena sobre las piedras, formando figuras curiosas y constituyendo las dunas típicas de los desiertos arenosos, como el Sahara y varios desiertos de Norteamérica. Los montículos de arena formados por el viento pueden alcanzar alturas de más de 200 m en el Sahara y en los desiertos Arábigo e Iraní. En aquellos lugares donde los vientos son fuertes y la arena es relativamente escasa, como en el desierto de Atacama, las dunas pueden formar figuras que se mueven continuamente a través de la superficie desértica, así como crestas longitudinales, resultado de vientos que soplan en una sola dirección, o tener figura de estrella en regiones donde el viento sopla en todas direcciones.
ADAPTACIÓN VEGETAL
Las plantas han desarrollado formas de conservar y usar eficientemente el agua. Algunas plantas con flor viven como mucho unos días. Sus semillas permanecen en el suelo, algunas veces durante años, hasta que las precipitaciones las empapan y las hacen germinar y brotar rápidamente. Las plantas leñosas de los desiertos, o bien tienen largos sistemas de raíces que alcanzan fuentes profundas de agua, o bien han extendido raíces poco profundas que son capaces de captar rápidamente la humedad que el rocío y las lluvias ocasionales dejan en la superficie. Las plantas del desierto tienen normalmente las hojas pequeñas; esto permite que conserven el agua mediante la reducción del área por la que transpiran. Otras plantas pierden sus hojas periódicamente. El proceso de fotosíntesis, que se realiza principalmente a través de las hojas y mediante el cual la luz del Sol se convierte en energía almacenada, es realizado en el desierto por los tallos. Parte de las plantas del desierto son carnosas y guardan agua en sus hojas, tallos y raíces; las espinas, que son hojas modificadas, sirven para proteger el agua presente en su interior. Estas plantas pueden tomar y conservar dióxido de carbono sólo por las noches; durante el día sus estomas, o poros, están cerrados para evitar la evaporación. Las plantas desérticas que crecen en suelos salinos pueden concentrar sal en su savia y luego segregarla a través de sus hojas.
ADAPTACIÓN ANIMAL
Los pocos anfibios que existen entre los animales del desierto son capaces de estar largo tiempo en letargo durante los periodos secos. Cuando llegan las lluvias, maduran rápidamente, se aparean y ponen huevos. Muchos pájaros y roedores sólo se reproducen durante los periodos siguientes a las lluvias de invierno, época en la que se produce el crecimiento de la vegetación. Algunos roedores del desierto, como la rata canguro norteamericana y el jerbillo africano, se alimentan de semillas secas; sus procesos metabólicos son extremadamente eficaces para conservar y reciclar agua, y su orina está altamente concentrada. Varios mamíferos del desierto, como el camello, son capaces de soportar una deshidratación considerable. La mayoría de los reptiles y mamíferos son nocturnos y permanecen en madrigueras frescas o a la sombra durante el día. Algunos reptiles, como el lagarto cornudo, pueden controlar la producción de calor de su cuerpo, variando el ritmo de los latidos de su corazón y su metabolismo. Mamíferos como el órix, poseen la capacidad de hacer oscilar las temperaturas de sus cuerpos captando calor durante el día y liberándolo durante la noche.

SELVA
Con su múltiple variedad de especies vegetales y animales, las selvas tropicales son los biomas más productivos de la Tierra y los de mayor biodiversidad. Se caracterizan por temperaturas medias anuales de 25'C, abundantes precipitaciones, de hasta 4.500 milímetros por año, y su factor limitante es la luz.
Las selvas se extienden en forma discontinua sobre dilatados territorios; la presencia de montañas, mesetas, lagos, pantanos y ríos impide que cubra toda la zona ecuatorial. La selva virgen se ubica en América Central y del Sur, África Central y en Malasia e lndonesia. El paisaje es parecido en todas esas áreas, pero cada una de ellas tiene características propias.
El suelo, que proporciona agua y sales minerales es poco fértil en la selva, ya que la materia orgánica es rápidamente descompuesta por el calor y la humedad, y los nutrientes son lavados por las intensas lluvias. Además, permanece húmedo, ya que el follaje espeso absorbe casi toda la luz y no permite el paso de los rayos solares hacia el interior. La visibilidad alcanza unos 20 metros.
Una vegetación espesa
La vegetación dominante es arbórea, con ejemplares de 20 hasta 40 metros de altura. Contra lo que se cree, los árboles de troncos altos y sin ramas bajas integran un paisaje en el que es relativamente fácil desplazarse.
También abundan las plantas epífitas -que viven sobre otras-, las típicas enredaderas leñosas llamadas lianas, los helechos, los arbustos y otras infinitas especies. Prosperan incluso formas de vida pertenecientes al reino de los hongos, las protistas y las moneras. Al carecer de clima frío, las plantas conservan su follaje durante todo el año.
La mayor parte de la vegetación consiste en árboles de madera dura, con muy pocas plantas herbáceas.
Opuestamente a alguna zonas boscosas de Europa o de América del Norte, donde hay pocas especies arbóreas predominantes y a veces una sola (por ejemplo pinares o robledales), en la selva virgen prosperan unas cien especies distintas de árboles por hectárea. Suele haber dos niveles de altura, el superior, que alcanza a 30 y más metros, y el sotobosque, que llega hasta los 15 metros.
Las lianas, los helechos, las plantas con flores y ciertas algas y musgos pueden crecer en la selva, pero sólo en la zona de mayor altura, donde reciben suficiente luz.
 

ECOSISTEMAS ACUATICOS
Los ecosistemas acuáticos son aquellos en los que los animales y plantas viven o se relacionan con seres vivos en el agua. Dependiendo del tipo de agua podemos definir distintos tipos de hábitat acuáticos: de agua dulce y de agua salada. Si tomamos en cuenta otros factores abióticos, podremos subdividirlos:
Los distintos vegetales y animales de cada uno de ellos tiene características especiales que les permiten adaptarse a su hábitat
Existen diferentes ecosistemas acuáticos: 
Los abiertos:ríos,estuarios y arroyos.
Los cerrados: lagos,lagunas,charcas y humedales
Los oceánicos:
 que son los mares y océanos.


Estructura:
Los componentes abióticos y bióticos son los que determinan la estructura del ecosistema.
Reguladores abióticos.
Son conocidos como los factores limitantes que determinan la estructura del ecosistema. Estos son la temperatura, la luz existente, la lluvia, la disponibilidad de fósforo, nitrógeno y oxígeno.
Los factores abióticos son un conjunto complejo de interacciones que limitan el control de las actividades de los organismos, poblaciones y comunidades.
Reguladores bióticos.
Las afectaciones que una población puede provocar sobre un ecosistema es algo que los ecólogos han comenzado a comprender. En ciertos ecosistemas algunas especies, llamadas especies clave, cumplen un papel importante en la estructura de la comunidad.
Al sumar la estructura de un ecosistema se habla a veces de la estructura abstracta en la que las partes son las distintas clases de componentes, es decir, el biotopo y la biocenosis y los distintos tipos ecológicos de organismos (productores,descomponedores, predadores, etc.). Pero los ecosistemas tienen además una estructura física en la medida en que no son nunca totalmente homogéneos, sino que presentan partes, donde las condiciones son distintas y más o menos uniformes, o gradientes en alguna dirección.
ecosistema acuático
ambiente ecológico aparece estructurado por interfases o límites más o menos definidos, llamados ecotonos, y por gradientes direccionales, llamadosecoclinas, de factores físicoquímicos del medio. Un ejemplo es el gradiente de humedad, temperatura e intensidad lumínica en el seno de un bosque, o el gradiente en cuanto a luz, temperatura y concentraciones de gases (por ejemplo O2) en un ecosistema léntico
Funcionamiento:
El funcionamiento de todos los ecosistemas es parecido. Todos necesitan una fuente de energía que, fluyendo a través de los distintos componentes del ecosistema, mantiene la vida y moviliza el agua, los minerales y otros componentes físicos del ecosistema. La fuente primera y principal de energía es el sol.
En el ecosistema la materia se recicla -en un ciclo cerrado- y la energía pasa fluye- generando organización en el sistema.Subir al comienzo de la página
Figura 4-2 > Ciclo energético del ecosistema
Al estudiar los ecosistemas interesa más el conocimiento de las relaciones entre los elementos, que el cómo son estos elementos. Los seres vivos concretos le interesan al ecólogo por la función que cumplen en el ecosistema, no en sí mismos como le pueden interesar al zoólogo o al botánico. Para el estudio del ecosistema es indiferente, en cierta forma, que el depredador sea un león o un tiburón. La función que cumplen en el flujo de energía y en el ciclo de los materiales son similares y es lo que interesa en ecología. 
http://sires.conama.cl/ecosistemas/index.php
biomas del mundo
Los ecosistemas se estudian analizando las relaciones alimentarias, los ciclos de la materia y los flujos de energía.
 a) Relaciones alimentarias.-
La vida necesita un aporte continuo de energía que llega a la Tierra desde el Sol y pasa de unos organismos a otros a través de la cadena  trofica
Figura 4-3 > Ejemplo de cadena trófica

Las redes de alimentación (reunión de todas las cadenas tróficas) comienzan en las plantas (productores) que captan la energía luminosa con su actividad fotosintética y la convierten en energía química almacenada en moléculas orgánicas. Las plantas son devoradas por otros seres vivos que forman el nivel trófico de los consumidores primarios (herbívoros). 
La cadena alimentaria más corta estaría formada por los dos eslabones citados (ej.: elefantes alimentándose de la vegetación). Pero los herbívoros suelen ser presa, generalmente, de los carnívoros (depredadores) que son consumidores secundarios en el ecosistema. Ejemplos de cadenas alimentarias de tres eslabones serían: 
hierba ß vaca ß hombre 
algas ß krill ß ballena.
Las cadenas alimentarias suelen tener, como mucho, cuatro o cinco eslabones - seis constituyen ya un caso excepcional-. Ej. de cadena larga sería: 
algas ß rotíferos ß tardigrados ß nemátodos ß musaraña ß autillo
Las diferentes cadenas alimentarias no están aisladas en el ecosistema sino que forman un entramado entre sí y se suele hablar de red trófica.

Figura 4-4 > Pirámide de energía de una cadena trófica acuática

 b) Ciclos de la materia.-
Los elementos químicos que forman los seres vivos (oxígeno, carbono, hidrógeno, nitrógeno, azufre y fósforo, etc.) van pasando de unos niveles tróficos a otros. Las plantas los recogen del suelo o de la atmósfera y los convierten en moléculas orgánicas (glúcidos, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos).


"Ciclo del nitrógeno"
Los animales los toman de las plantas o de otros animales. Después los van devolviendo a la tierra, la atmósfera o las aguas por la respiración, las heces o la descomposición de los cadáveres, cuando mueren. De esta forma encontramos en todo ecosistema unos ciclos del oxígeno, el carbono, hidrógeno, nitrógeno, etc. cuyo estudio es esencial para conocer su funcionamiento.
 c)Flujo de energía
El ecosistema se mantiene en funcionamiento gracias al flujo de energía que va pasando de un nivel al siguiente. La energía fluye a través de la cadena alimentaria sólo en una dirección: va siempre desde el sol, a través de los productores a los descomponedores.

 La energía entra en el ecosistema en forma de energía luminosa y sale en forma de energía calorífica que ya no puede reutilizarse para mantener otro ecosistema en funcionamiento. Por esto no es posible un ciclo de la energía similar al de los elementos químicos.







jueves, 1 de marzo de 2012

ciclos biogeoquimicos.

Ciclo del azufre:
Las fuentes de los compuestos de azufre son las rocas y los suelos; éstos se desplazan por la atmósfera a través de precipitación. El balance geoquímico del azufre probablemente esta mantenido por la depositación, atreves de  la acción bacteriana de minerales sulfatados en los sedimentos.
Los procesos geológicos ocurren en las rocas y suelos, que contienen cantidades considerables de azufre libre o sulfuros, que al oxidarse por medio del agua forman ácido sulfúrico.
Las formas reducidas de ácido sulfúrico se deben al vulcanismo, al origen biogeoquímico y a procesos industriales. Esto da como resultado reacciones de oxidación, como el dióxido de azufre (SO2), sulfitos y acido sulfúrico.
El SO2 constituye el 95% de los compuestos de azufre derivados de la combustión de hidrocarburos.
El azufre en forma de sulfatos, tanto minerales como orgánicos, es utilizado por todos los organismos vivos. Los sulfatos son reducidos a grupos sulfhídricos (SH) durante la síntesis proteica.
Este  ciclo inicia con el elemento situado en la corteza terrestre; de manera natural, como se menciono líneas arriba, se forman óxidos, después ácidos y por ultimo sales que absorben los vegetales a través de sus raíces. Mediante los procesos químicos las sales se transforman en aminoácidos, que durante la fotosíntesis originan las proteínas, así como moléculas complejas y pesadas, lo contrario a los óxidos formados al principio de la cadena.
Al haber precipitación pluvial, las plantas, animales y los seres humanos recibimos un baño de agua acida (acido nítrico y sulfúrico), es decir, lo que conocemos como lluvia acida. No obstante, hace algunas décadas este proceso no afectaba, debido a que los ácidos quedaban disueltos, porque el agua en forma de lluvia era capaz de disolverlos.
Esta capacidad del agua de lluvia comenzó a disminuir a partir de la industrialización y el uso desmedido de los automóviles, cuya gasolina contiene azufre como contaminante. Este tipo de contaminación inicia cuando el tubo de escape de algún motor se calienta y activa el nitrógeno y el azufre liberándolo a la atmosfera, produciendo así ácidos nítricos y sulfúricos que elevan los niveles de contaminación atmosférica.
Quizá esto haya pasado desapercibido para la mayoría de la población que se encuentra reunida en las grandes urbes, incluida la ciudad de México como caso especial. Pero cuando los bosques empezaron a debilitarse y a morir; cuando las estatuas de bronce y otras obras de arte ubicadas en áreas abiertas mostraron señales de corrosión, fue entonces cuando nos percatamos de que la lluvia acida, producto de elementos nitrogenados y sulfúricos, tenían efectos nocivos.
La lluvia acida formada por estos compuestos no tiene fronteras, y al generarse localmente puede alcanzar dimensiones globales; la acción del viento interviene para depositar los elementos de un lugar a otro, así la contaminación que se genera en la ciudad de México  se desplaza a ciudades y países cercanos al nuestro ¿pero qué ocurre si las cantidades de lluvia acida que generan para sus vecinos son mayores que las que caen en su territorio?
El problema es latente. Cualquier tipo de contaminación deteriora el medio ambiente y daña la calidad de vida de las personas que habitamos en un planeta, donde no existen fronteras para la importación y exportación de ambientales.
Ciclo del calcio:
La lluvia combinada con el CO2 y los demás agentes atmosféricos, como el viento y la temperatura, reaccionan y meteorizan las rocas calizas y las rocas carbonaticas ígneas que contienen el calcio en grandes cantidades, arrastrando los compuestos del calcio a los suelos en donde las plantas toman el calcio para sus actividades metabólicas. De aquí pasa a los herbívoros y de estos a los carnívoros para luego ser degradado por medio de los descomponedores. El calcio se recicla continuamente en la litosfera y poco a poco por efecto de la erosión en los suelos, producida por el transporte de las aguas subterráneas y por los agentes atmosféricos como el viento y el agua de lluvia, el calcio se escurre a los arroyos y ríos. El calcio forma depósitos sedimentarios en las cuevas y por efecto de la erosión, este elemento pasa a los cuerpos de agua que se forman cuando caen las lluvias y el agua se filtra por las paredes y el techo de las cuevas. También de forma directa, el calcio va a parar a los ríos para que este elemento químico sea usado por moluscos de agua dulce como gasterópodos y bivalvos, por peces de agua dulce y algas unicelulares que pertenecen al agua dulce; estos animales al morir dejan el calcio para que se una a los sedimentos del rio, esto demuestra entonces que el ciclo del calcio es un ciclo sedimentario únicamente pues no hay naturalmente calcio gaseoso en la atmósfera.
En una cantidad reducida, el calcio sobrante es transportado por el río hacia el mar. En el mar, el calcio es asimilado por las algas unicelulares que son consumidas por el zooplancton o demás microorganismos (entre ellos foraminíferos) y estos finalmente consumidos por los peces de agua salada. También es consumido por bivalvos y corales para formar sus conchas y esqueletos respectivamente.   Cuando los peces, corales y bivalvos marinos como ostras y mejillones mueren, los esqueletos y las conchas se depositan en el fondo marino uniéndose a otros sedimentos listos para formar piedra caliza y después, emerger a la superficie por levantamiento geológico.
Por compactación, el calcio restante se vuelve parte del suelo marino. Por medio de la subducción, la placa que contiene el calcio en el suelo se funde y se combina con el magma para ascender a la litosfera por medio de las erupciones volcánicas en combinación de otros elementos en forma de rocas carbonaticas ígneas comenzando de nuevo el ciclo. Las rocas calizas que se encuentran enterradas en la tierra por procesos geológicos del pasado son degradadas por las bacterias del suelo, así se encuentran en forma disponible para las plantas de dicho suelo y gracias a la acción de la precipitación estas rocas vuelven a ser parte del ciclo. Gracias al ciclo hidrológico, el calcio que también forma parte de la corteza continental, no tarda en llegar desde la litosfera hasta la hidrosfera aunque parte del calcio total se transforma por sedimentación en minerales como la dolomita, el yeso y la anhidrita ya que el calcio es muy poco pedido por la biosfera en relación a otros elementos químicos y tiene esa oportunidad de sedimentar. El calcio global, es decir, la cantidad total de calcio en la tierra, no es un factor limitante pero tampoco es un elemento del cual se pueda prescindir.
Ciclo del carbono:
El carbono, como dióxido de carbono, inicia su ciclo de la siguiente manera: 
Durante la fotosíntesis, los organismos productores (vegetales terrestres y acuáticos) absorben el dióxido de carbono, ya sea disuelto en el aire o en el agua, para transformarlo en compuestos orgánicos. Los consumidores primarios se alimentan de esos productores utilizando y degradando los elementos de carbono presentes en la materia orgánica. Gran parte de ese carbono es liberado en forma de CO2por la respiración, mientras que otra parte se almacena en los tejidos animales y pasa a los carnívoros (consumidores secundarios), que se alimentan de los herbívoros. Es así como el carbono pasa a los animales colaborando en la formación de materia orgánica. 
Los organismos de respiración aeróbica (los que utilizan oxígeno) aprovechan la glucosa durante ese proceso y al degradarla, es decir, cuando es utilizada en su metabolismo, el carbono que la forma se libera para convertirse nuevamente en dióxido de carbono que regresa a la atmósfera o al agua. 
Los desechos de las plantas, de los animales y de restos de organismos se descomponen por la acción de hongos y bacterias. Durante este proceso de putrefacción por parte de los descomponedores, se desprende CO2
Distribución del carbono en el universo 



Diagrama del ciclo del carbono 

En niveles profundos del planeta, el carbono contribuye a la formación de combustibles fósiles, como el petróleo. Este importante compuesto se ha originado de los restos de organismos que vivieron hace miles de años. Durante las erupciones volcánicas se libera parte del carbono constituyente de las rocas de la corteza terrestre. 
Una parte del dióxido de carbono disuelto en las aguas marinas ayuda a determinados organismos a formar estructuras como los caparazones de los caracoles de mar. Al morir, los restos de sus estructuras se depositan en el fondo del mar. Con el paso del tiempo, el carbono se disuelve en el agua y es utilizado nuevamente durante su ciclo. 
Los océanos contienen alrededor del 71% del carbono del planeta en forma de carbonato y bicarbonato. Un 3% adicional se encuentra en la materia orgánica muerta y el fitoplancton. El carbón fósil representa un 22%. Los ecosistemas terrestres, donde los bosques constituyen la principal reserva, contienen alrededor del 3-4% del carbono total, mientras que un pequeño porcentaje se encuentra en la atmósfera circulante y es utilizado en la fotosíntesis. 


Ciclo del fósforo:
La proporción de fósforo en la materia viva es relativamente pequeña, pero el papel que desempeña es vital. Es componente de los ácidos nucleicos como el ADN, muchas sustancias intermedias en la fotosíntesis y en la respiración celular están combinadas con el fósforo, y los átomos de fósforo proporcionan la base para la formación de los enlaces de alto contenido de energía del ATP, se encuentra también en los huesos y los dientes de animales, incluyendo al ser humano. Este elemento en la tabla periódica se denomina como "P"
La mayor reserva de fósforo está en la corteza terrestre y en los depósitos de rocas marinas.
El ciclo del fósforo es un ciclo biogeoquímico, describe el movimiento de este elemento en su circulación en el ecosistema.
Los seres vivos toman el fósforo, P, en forma de fosfatos a partir de las rocas fosfatadas, que mediante meteorización se descomponen y liberan los fosfatos. Éstos pasan a los vegetales por el suelo y, seguidamente, pasan a los animales. Cuando éstos excretan, los descomponedores actúan volviendo a producir fosfatos.
Una parte de estos fosfatos son arrastrados por las aguas al mar, en el cual lo toman las algas, peces y aves marinas, las cuales producen guano, el cual se usa como abono en la agricultura ya que libera grandes cantidades de fosfatos; los restos de las algas, peces y los esqueletos de los animales marinos dan lugar en el fondo del mar a rocas fosfatadas, que afloran por movimientos orogénicos.
De las rocas se libera fósforo y en el suelo, donde es utilizado por las plantas para realizar sus funciones vitales. Los animales obtienen fósforo al alimentarse de las plantas o de otros animales que hayan ingerido. En la descomposición bacteriana de los cadáveres, el fósforo se libera en forma de orto fosfatos (PO4H2) que pueden ser utilizados directamente por los vegetales verdes, formando fosfato orgánico (biomasa vegetal), la lluvia puede transportar este fosfato a los mantos acuíferos o a los océanos. El ciclo del fósforo difiere con respecto al del carbono, nitrógeno y azufre en un aspecto principal. El fósforo no forma compuestos volátiles que le permitan pasar de los océanos a la atmósfera y desde allí retornar a tierra firme. Una vez en el mar, solo existen dos mecanismos para el reciclaje del fósforo desde el océano hacia los ecosistemas terrestres. Uno es mediante las aves marinas que recogen el fósforo que pasa a través de las cadenas alimentarias marinas y que pueden devolverlo a la tierra firme en sus excrementos. Además de la actividad de estos animales, hay la posibilidad del levantamiento geológico de los sedimentos del océano hacia tierra firme, un proceso medido en miles de años.
El hombre también moviliza el fósforo cuando explota rocas que contienen fosfato.
Ciclo del nitrógeno:
Está compuesto por las siguientes etapas. 
1- Fijación: se produce cuando el nitrógeno atmosférico (N2) es transformado en amoníaco (NH3) por bacterias presentes en los suelos y en las aguas. Rhizobium es un género de bacterias que viven en simbiosis dentro de los nódulos que hay en las raíces de plantas leguminosas. En ambientes acuáticos, las cianobacterias son importantes fijadoras de nitrógeno. 
2- Amonificación:
es la transformación de compuestos nitrogenados orgánicos en amoníaco. En los animales, el metabolismo de los compuestos nitrogenados da lugar a la formación de amoníaco, siendo eliminado por la orina como urea (humanos y otros mamíferos), ácido úrico (aves e insectos) o directamente en amoníaco (algunos peces y organismos acuáticos). Estas sustancias son transformadas en amoníaco o en amonio por los descomponedores presentes en los suelos y aguas. Ese amoníaco queda a disposición de otro tipo de bacterias en las siguientes etapas. 
3- Nitrificación:
es la transformación del amoníaco o amonio (NH4+) en nitritos (NO2–) por un grupo de bacterias del género Nitrosomas para luego esos nitritos convertirse en nitratos (NO3–) mediante otras bacterias del género Nitrobacter. 

4- Asimilación: las plantas toman el amonio (NH4+) y el nitrato (NO3–) por las raíces para poder utilizarlos en su metabolismo. Usan esos átomos de nitrógeno para la síntesis de clorofila, de proteínas y de ácidos nucleicos (ADN y ARN). Los consumidores obtienen el nitrógeno al alimentarse de plantas y de otros animales. 
5- Desnitrificación: proceso llevado a cabo por bacterias desnitrificantes que necesitan utilizar el oxígeno para su respiración en suelos poco aireados y mal drenados. Para ello, degradan los nitratos y liberan el nitrógeno no utilizado a la atmósfera.
 
NITRIFICACIÓN: transformación bacteriana de amoníaco en nitratos. 
DESNITRIFICACIÓN:
transformación bacteriana de nitratos en nitrógeno. 
AMONIFICACIÓN: transformación de los desechos orgánicos en amoníaco por los descomponedores. 
ASIMILACIÓN: absorción de nitratos y amonio por las raíces de las plantas. 
FIJACIÓN: transformación bacteriana del nitrógeno atmosférico en amoníaco.
 

El proceso
Los organismos vivos no pueden utilizar directamente el nitrógeno que se encuentra en la atmósfera en forma gaseosa, y que supone el 71% del total; para ello, debe ser transformado previamente en nitrógeno orgánico (nitratos o amoniaco). Esto se consigue, fundamentalmente, mediante la fijación biológica, aunque también las radiaciones cósmicas y la energía que producen los rayos en la atmósfera intervienen en este proceso en menor medida combinando nitrógeno y oxígeno que una vez transformado es enviado a la superficie terrestre por las precipitaciones.
En la fijación biológica intervienen bacterias simbióticas que viven en las raíces de las plantas, sobre todo leguminosas como el guisante, trébol o la alfalfa, pero también determinadas algas, líquenes, etc. Las bacterias se alimentan de estas plantas, pero a cambio le entregan abundantes compuestos nitrogenados. Es muy común en agricultura cultivar leguminosas en determinados terrenos pobres en nitrógeno, o que han quedado agotados por otras cosechas, para permitir rotar los sembrados en el mismo lugar.
Cuando el nitrógeno ha quedado fijado en las raíces de las plantas, ya puede ser absorbido por éstas e incorporarlo a los tejidos en forma de proteínas vegetales. Desde aquí, el nitrógeno ya entra en la cadena alimentaria mediante los animales herbívoros y carnívoros.
Cuando las plantas y animales  mueren, mediante la descomposición se produce una transformación química de los compuestos nitrogenados, convirtiéndose en nitrógeno amoniacal (actividad denominada amonificación), última etapa de la mineralización del nitrógeno que está contenido en la materia orgánica del suelo.
Este amoniaco vuelve a ser en parte recuperado por las plantas, pero el resto alcanza el medio acuático o simplemente permanece en el suelo, donde será convertido en nitrógeno nítrico por los microorganismos, en un proceso que se denomina nitrificación y que es aprovechado de nuevo por las plantas. Los nitratos pueden volver a la atmósfera mediante la desnitrificación, o ser eliminado del suelo por lixiviación (disolución en el agua) y posterior arrastrado a los ríos y lagos.
La influencia humana en el ciclo del nitrógeno.
Los humanos influyen en el ciclo del nitrógeno y pueden sobrecargarlo. Esto puede ser observado en los cultivos intensivos (que obligan a añadir fertilizantes nitrogenados para fertilizar las tierras) y la tala de árboles, que hacen descender el contenido de nitrógeno de los suelos.
El contrapunto a esta carestía de nitrógeno por exceso de cultivo, se encuentra en las tierras que han sido demasiado fertilizadas; la lixiviación del nitrógeno de estas tierras añaden un extra indeseable a los ecosistemas acuáticos cuando es arrastrado por las aguas fluviales. Este exceso de nitrógeno se agrava con la emisión a la atmósfera del dióxido de nitrógeno de las centrales térmicas y los automóviles; una vez descompuesto en la atmósfera es capaz de reaccionar con otros productos contaminantes, generando el conocido smog foto químico, que puede observarse sobre el cielo de muchas grandes ciudades con problemas de contaminación ambiental.